Mejorar la salud de la población requiere un abordaje no solo desde el Departamento de Sanidad sino también desde organismos y entidades no sanitarias que toman decisiones con repercusión en la salud.
Si bien hay trayectoria de colaboración del Departamento de Sanidad con otros departamentos, el Gobierno de Aragón no dispone de órganos que consideren la salud y su relación con otras políticas públicas. Tampoco se realiza la evaluación del impacto en salud de las políticas públicas.
Poner en marcha un órgano directivo liderado por la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Aragón y un órgano de coordinación interdepartamental que impulse el Plan de Salud de Aragón y las acciones de salud en todas las políticas.
Difundir y dar a conocer a la población los objetivos y resultados en salud y aumentar la participación efectiva de la ciudadanía en las decisiones que afectan a la salud.
Mejorar la salud de los aragoneses con la cooperación de los departamentos e instituciones y realizar un liderazgo coherente en las administraciones con transparencia y rendición de cuentas.
Consolidar la equidad como objetivo de gobierno y criterio de evaluación en todas sus políticas incorporando sistemas de monitorización de desigualdades y la evaluación del impacto en salud.
Poner en marcha medidas y políticas transversales que impliquen a varios Departamentos (tanto a su personal como a los centros o sedes) y que tengan repercusión positiva en la salud.
Se definen políticas específicas de cada Departamento que tienen impacto en la salud. Entre ellas están la universalidad en el acceso a los sistemas y recursos públicos, mejora del empleo, desequilibrios en el territorio, vivienda, educación, medio ambiente, espacio urbano, espacio socio-sanitario, renta básica y colectivos con necesidades específicas.
Existen cada vez más niños obesos y sedentarios. El consumo de alcohol, drogas y adicciones en general, así como a la utilización de móviles y pantallas, o los problemas relacionados con la autoestima y la salud afectivo sexual influyen en la salud.
En la etapa adulta el mundo laboral ejerce una considerable influencia en la salud de las personas.
En las personas mayores existe la necesidad de reducir la fragilidad o dar respuesta a nuevas situaciones como la soledad o la exclusión. Debemos mejorar la atención en el momento final de la vida.
Hay que reducir las desigualdades en todas las etapas de la vida y detectar las poblaciones más vulnerables.
Queremos potenciar la salud en los niños y los jóvenes reforzando los programas escolares de salud, impulsando iniciativas de ocio activo y saludable e identificando poblaciones sin cobertura vacunal o del programa de atención bucodental infantil y juvenil.
Promover la salud en la etapa adulta tanto en el entorno laboral como a través del calendario de vacunación del adulto.
Es posible favorecer en las personas mayores el envejecimiento activo y aumentar su papel en la sociedad.
Hay que garantizar una muerte digna respetando la planificación anticipada de las decisiones y promoviendo la cultura del final de la vida en el domicilio.
Sigue siendo importante la promoción de la alimentación y actividad física saludables en la población.
Hay que prevenir las conductas adictivas relacionadas con el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, y trabajar también en la prevención de conductas adictivas sin sustancias.
Mejorar el bienestar emocional y la resiliencia en comunidades e individuos y promover una adecuada salud afectiva y sexual.
Queremos incorporar un enfoque de salud positiva que identifique los recursos de la comunidad que pueden ayudar a generar salud y potenciar la autonomía del paciente.
El sistema sanitario aragonés tiene buenos resultados en el tratamiento de enfermedades, pero hay margen de mejora y, además, se pueden establecer medidas que incidan en la salud de las personas. El modelo de hospital de alta tecnología tiene un elevado coste y limitaciones para resolver problemas derivados de la cronicidad. Necesitamos ofrecer más cuidados, con un enfoque más generalista y orientado a la fragilidad y cronicidad.
Promover la salud, mejorar las competencias en salud de las personas y potenciar la autonomía en las decisiones, haciendo fáciles y accesibles las opciones saludables.
Priorizar estrategias que reduzcan las desigualdades en salud generadas por variables como la edad, genero, clase social, etnia y territorio.
Impulsar la atención centrada en las personas, no en sus enfermedades, y desarrollar, en el marco de la estrategia de atención comunitaria nuevas relaciones y decisiones compartidas entre profesionales y usuarios.
Hay que potenciar la atención primaria de salud como el elemento clave del sistema sanitario, con financiación suficiente y con el papel coordinador de la atención sanitaria.
Establecer alianzas en cada zona de los servicios sanitarios con otros servicios públicos para mejorar la salud de su población.
Es necesario dar capacidades a las personas para actuar sobre su propia salud, fomentando los autocuidados.
La atención sanitaria debe estar centrada en las personas, según sus necesidades, valores y preferencias.
Hay que abordar la atención sanitaria con un punto de vista integral y generalista (ver las personas en su conjunto, no sólo su enfermedad o problema aisladamente), reforzando el papel de la atención primaria como coordinadora de la atención sanitaria.
Los servicios sanitarios se orientan según las necesidades de la población: las enfermedades cardiovasculares y el cáncer producen la mayor carga de enfermedad y muerte.
Hay que priorizar la atención de calidad para las personas con problemas de salud mental.
Garantizar el cumplimiento de los estándares de calidad y seguridad en sanidad privada.
Queremos conseguir mejor organización y gobierno de las unidades clínicas asistenciales.
Evitar las prácticas sin valor evaluando previamente a su implantación todas las tecnologías, medicamentos y servicios.
Se pretende potenciar la comunicación y coordinación entre todos los profesionales que intervienen en la atención a pacientes y cuidadores en el nivel local.
Es necesario evaluar el riesgo social y dar apoyo a los cuidadores y familias.
Los sistemas de información sanitaria tienen, en la actualidad, problemas de dispersión y dificultades para proporcionar la información que se requiere en los distintos ámbitos. Hay ya en marcha varias iniciativas para mejorar su capacidad.
Mucha de la investigación sobre salud que se realiza en Aragón está financiada por la industria farmacéutica y está orientada a los nuevos medicamentos. Parece importante reforzar la investigación en otros ámbitos, como la situación de salud, su relación con los determinantes y sobre los problemas que afectan a la población.
La mayor parte de la formación que se oferta en la actualidad está orientada a los procesos clínicos y asistenciales. Es necesario complementarla con formación en otros campos de interés que constituyen objetivos de este Plan de Salud, que van desde una mejora de la comunicación entre profesionales y usuarios hasta mayores capacidades analíticas y herramientas para los profesionales.
Los sistemas de información deben estar orientados hacia la salud y tener calidad y eficacia. Para ello hay que fortalecer su estructura y organización.
Es necesario coordinar los sistemas de información sanitaria con los de otros ámbitos como reflejo de la salud en todas las políticas.
Hay que medir las desigualdades que se producen en la salud de las personas, por edad, género, clase social, etnia y territorio (entre otros factores que producen desigualdad), como paso previo imprescindible para poder actuar sobre ellas.
La historia clínica electrónica desempeña un papel central, no sólo para la asistencia sanitaria y social sino como fuente importante de información sobre salud y desigualdades. Es necesario modernizarla y adaptarla a nuestras necesidades.
Queremos facilitar la información sobre su salud a las personas para un acceso equitativo y ágil, además de generar conocimiento, mejorar la participación y ayudar a la toma de decisiones.
El Plan de Salud pretende impulsar la investigación dirigida a sus objetivos: actuar sobre la salud de las personas desde todas las políticas, mejorar la salud en todas las etapas de la vida y orientar el sistema sanitario a las necesidades de las personas.
Investigar para poder incorporar conocimiento a las actuaciones que se hacen sobre la salud.
La investigación debe tener en cuenta criterios éticos y controlar posibles conflictos de interés.
Hay que adecuar la formación de los profesionales a los objetivos del Plan de Salud: actuar sobre la salud de las personas desde todas las políticas, mejorar la salud en todas las etapas de la vida, y orientar el sistema sanitario a las necesidades de las personas.
Una formación continuada orientada a las necesidades de los profesionales y en función de los objetivos de salud a conseguir.
Reforzar el compromiso ético y el control de posibles conflictos de interés en la formación de profesionales.